Los narcisos atrompetados, las coronas imperiales y las Diclitras, que los daneses llaman "corazón de un lugarteniente" porque al abrir los capullos aparece dentro una botella de champaña y una danzarina, abundaban en los pequeños jardines que rodeaban la iglesia, maltratados por el viento y la lluvia.
Siete cuentos góticos: El Poeta.
Karen Blixen - [Isak Dinesen] -
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